Gould no sólo fue un conocido científico
(y un buen dolor de cabeza para Dawkins), sino un importante divulgador
y defensor de la ciencia. Escribió casi una treintena de libros, y
aunque algunos eran muy técnicos, o excesivamente pesados para la
mayoría de la gente, estos fueron los menos. La falsa medida del hombre,
libro en el que recordaba la craneometría y se mostraba en contra, como
siempre lo hizo, de cualquier concesión al determinismo biológico; Brontosaurus y la nalga del ministro, o por qué para que Darwin escribiera El origen de las especies era
necesario que un ministro resultara herido en una nalga… sus libros,
tanto las recopilaciones de ensayos, como los escritos de un tirón,
gozaron de amplia popularidad.
En los libros se encuentra algo muy poco
común: Stephen J. Gould no habla sólo de ciencia cuando está hablando
de ciencia. Tal vez es de lo que menos habla. Historia, música…. y,
sobre todo, personas. Todo ello entrelazado con la ciencia en una de las
visiones más humanas que se pueden encontrar de ella. Y es que Gould,
que también fue un excepcional experto en historia de la ciencia, y
estaba muy interesado en la filosofía de la misma, centraba muchas de
las historias en cómo afecta la ciencia a las personas, o en cómo eran
los propios científicos.
También participó como testigo experto
en el juicio contra la famosa ley que obligaba a dedicar el mismo tiempo
a la Teoría de la Evolución y al Creacionismo en las clases de ciencias
impartidas en Arkansas. Este juicio acabó con la conclusión de que el
“creacionismo científico” simplemente no es una ciencia y que la ley
violaba la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos,
siendo retirada.
En resumen, y por no extender más esto
(Gould da para mucho), hace 10 años nos dejó un gran científico y
divulgador. Sin embargo, no nos dejó solos. Nos dejó con una buena pila
de buenos libros para aprender… y para disfrutar.
Teoría del equilibrio puntuado
Al principio de su carrera Gould desarrolló la teoría del equilibrio puntuado, que propone que los cambios evolutivos se producen con relativa rapidez, alternando con períodos más largos de relativa estabilidad. Según Gould, el equilibrio puntuado modifica un pilar fundamental «en la lógica central de la teoría darwiniana»Aquí dejamos un enlace de un vídeo sobre este tema, en el que Punset hace una entrevista a Stephen Jay Gould:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/stephen-jay-gould-redes-1998/1388596/
Biología evolutiva del desarrollo
Gould hizo importantes contribuciones a la biología evolutiva del desarrollo especialmente en su obra Ontogenia y filogenia. En este libro hizo hincapié en el proceso de heterocronía, que comprende dos procesos distintivos: pedomorfosis y adiciones terminales. La influencia de Gould en este campo sigue viva en áreas de investigación.Seleccionismo y sociobiología
Gould defendió las restricciones biológicas, como las limitaciones de las vías del desarrollo en los resultados evolutivos, así como otras fuerzas no selectivas de la evoluciónEl progreso evolutivo
Gould fue partidario de que la evolución no tiene una tendencia inherente hacia el progreso a largo plazo.Gould argumenta que el camino de la evolución no fue hacia la complejidad, sino hacia la diversificación. Como la vida estaba obligada a comenzar desde un punto de partida simple, cualquier diversidad resultante en este paseo aleatorio sería percibida en la dirección de mayor complejidad. Pero la vida, argumenta Gould, se puede adaptar fácilmente a la simplificación, como suele ser en el caso en los parásitos.
Investigaciones con caracoles terrestres
La mayor parte de la investigación empírica de Gould está relacionada con los caracoles terrestres. Centró sus primeros trabajos en el género Poecilozonites de las Bermudas y posteriormente en el género Cerion del Caribe. Según Gould «el Cerion es el caracol terrestre con mayor diversidad de forma de todo el mundo. Hay 600 especies descritas de este género. De hecho no son realmente especies ya que todos ellos se cruzan, pero los nombres existen para expresar esta diversidad morfológica increíble. Algunos tienen forma de pelotas de golf, otros de lápices. [...] Ahora bien, mi interés principal es la evolución de la forma y el problema de cómo puede alcanzarse esa diversidad con tan pocas diferencias genéticas es muy interesante. Y si pudiésemos resolver esto aprenderíamos algo general sobre la evolución de la forma».
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